En el trabajo se constata el retraso relativo en el aumento del ingreso por habitante que ha experimentado América Latina a lo largo del siglo XX. Se observa que a diferencia de los países de crecimiento más rápido, el crecimiento latinoamericano ha descansado excesivamente en el aumento de la fuerza de trabajo, con aportes modestos del capital y de la productividad total de factores.
Al examinar el panorama futuro se advierte que el aporte de los recursos humanos al crecimiento se va a resentir como consecuencia del progreso de la transición demográfica y el consecuente envejecimiento de la población. Por otra parte, se constata que las perspectivas para la ampliación de los aportes del capital no son buenas, debido a un clima de negocios todavía poco atractivo. Respecto de la contribución de la Productividad de Factores, se encuentra una asociación positiva con la inversión y las reformas económicas.
La parte final del trabajo se concentra en las características de la inserción internacional de estas economías, constatando el débil comercio intrarregional y la excesiva dependencia de recursos naturales, la que no ha cambiado a pesar de las reformas económicas. Diversas propuestas para mejorar dicha inserción son discutidas, identificando un orden de prioridad para las políticas, que van desde reformas amplias para introducir disciplinas de mercado, para terminar con incentivos específicos a la expansión de sectores no tradicionales que han demostrado capacidad competitiva en el exterior como una última etapa, una vez consolidadas las disciplinas de mercado.