En los últimos años la fruticultura se ha visto enfrentada a importantes fuerzas de cambio desde la demanda, las que están definidas de manera importante el aumento en las exigencias de mercados y de consumidores, y por el mayor grado de información que manejan estos últimos.
Parte importante del potencial de crecimiento del sector radicaría en la capacidad que muestre el sector frutícola chileno de identificar la relevancia de estas nuevas tendencias, y sobre todo, en su capacidad de respuesta. No debemos olvidar que la competitividad tiene un componente temporal importante, por lo que debemos esforzarnos en anticipar las tendencias y factores que definen la capacidad de mantener la competitividad a través del tiempo.