Autor: Alejandro Micco
Fuente: El Mercurio
Esta semana se anunciaron los lineamientos generales del posnatal. El Gobierno debe enfrentar esta promesa electoral en su punto más bajo de aprobación, lo que le resta espacio político, dificultando la tramitación de un buen proyecto, en particular cuando parece no existir claridad respecto al norte ni de las implicancias directas e indirectas de la medida.
¿Por qué las mujeres con altos ingresos pueden elegir y el resto no? ¿Sólo las mujeres de altos salarios tienen derecho a decidir su carrera laboral?
Por otro lado, el país recordó con angustia las heridas del terremoto, las que, por desgracia, están lejos de sanarse para muchos chilenos. Las dificultades que ha tenido el Gobierno en este tema han golpeado uno de sus pilares de campaña: una gestión eficiente al servicio de los chilenos.
Además, las desafortunadas actuaciones, por decirlo de alguna forma, de la intendenta de la región más afectada por el sismo dañó otro pilar de campaña: una gestión sin manipulación política partidista. Lo anterior unido a la crisis del gas en Magallanes, que nuevamente dejó en entredicho la credibilidad del Presidente, complica el respaldo del proyecto del posnatal, pues en este ambiente las consideraciones técnicas y los efectos indirectos de largo plazo, más difíciles de considerar y transmitir, pierden importancia y se buscan soluciones con el menor riesgo político.
La propuesta amplía de 3 a 6 meses el posnatal en forma obligatoria a todas las mujeres de salarios menores a 650 mil pesos, monto que corresponde al techo del subsidio estatal para los tres meses adicionales. Para el restante 20% de las trabajadoras de mayores salarios también se amplía en 3 meses su derecho a subsidio estatal, con un techo de 650 mil pesos, que es la mitad del techo de los primeros 3 meses, pero se les da la oportunidad de elegir entre volver o no en forma parcial al empleo a partir del cuarto mes.
¿Por qué esta discriminación? ¿Por qué las mujeres con altos ingresos pueden elegir y el resto no? ¿Sólo las mujeres de altos salarios tienen derecho a decidir su carrera laboral? Han justificado esta situación argumentando que, al bajarse el techo del subsidio a partir del cuarto mes, no parece razonable forzar a las mujeres con salarios más altos a perder ingresos por un período largo. También se considera que las trabajadoras de salarios más bajos son más vulnerables, luego, la ley debe «protegerlas». La mayor vulnerabilidad es un punto, pero la solución no debe ser paternalista ni fijar todo en el código laboral. ¿Por qué no velar para que la decisión se tome sin presión por parte del empleador, vía un sindicato o la Dirección del Trabajo? De esta forma se potencian los derechos y las libertades de todas las mujeres y no sólo la de altos ingresos. Además, se fortalecen las organizaciones laborales, aumentando los incentivos para participar en ellas.
Favorecer la relación padres-hijo es sin duda muy importante, pero también lo es velar por las oportunidades y el desarrollo laboral de todas las mujeres, en particular las de menores recursos, no sólo por un tema de ingresos, sino de independencia. Cuántas mujeres deben soportar situaciones indeseables, que también afectan a los niños, por no tener independencia económica.
Ciertamente se ha avanzado, la mujer ha ganado terreno en muchas áreas, incluso tuvimos una Presidenta, pero queda mucho por avanzar. La discusión del posnatal debe considerar estos aspectos, discusión no fácil, menos para un Gobierno que ha complicado su apoyo político en las últimas semanas.