Bernardita Escobar, académica e investigadora del Programa Cieplan-UTalca, participó del seminario «Propiedad Intelectual en los siglos XIX y XX», organizado por el Departamento de Filosofía de la Universidad de Santiago de Chile.

Las patentes de innovación se volvieron familiares en el mundo industrial como forma de reconocimiento a los inventores por el desarrollo de tecnologías útiles. 

En el país existen antecedentes del periodo de la colonia sobre este sistema. 

La propiedad industrial comprende varias áreas, entre ellas las patentes de invención que son el medio más generalizado que existe para proteger los derechos de los inventores, y sus orígenes datan del siglo XIX. 

Así lo indicó el Dr. Graeme Gooday, profesor de Historia de la Ciencia y Tecnología de la Universidad de Leeds (Inglaterra), que recientemente visitó la Universidad de Santiago. 

En el Seminario “Propiedad Intelectual en los siglos XIX y XX”, el académico exploró las distintas razones que llevaron a las potencias coloniales , como Francia, Italia y Reino Unido, a mantener la independencia de sus sistemas de patentes, resistiendo cualquier intento por armonizar las leyes internacionales sobre la materia. Para el Dr. Gooday uno de los casos más interesantes es el de Brasil, país que introdujo un sistema de patentes el año 1809, cuando todavía era una colonia portuguesa. Seis décadas después de su independencia, esta nación fue uno de los 11 miembros fundadores de la convención internacional de París para la protección de la propiedad industrial en el 1883, junto con El Salvador, Guatemala y otras naciones europeas. 

Esta convención fue la plataforma para el reconocimiento internacional de las patentes, y fue el ancestro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO).

Bernardita Escobar, académica de la Universidad de Talca y miembro de la Corporación de Estudios para Latinoamérica (Cieplan), se refirió al caos chileno en el seminario. 

Según comentó, la idea es que hay países que tienen mayor capacidad para protección y mayor capacidad de producción de patentes, es cierta, lo que “tiene mucho que ver con los niveles de ingreso de los países”.

Si bien la primera legislación de patentes chilenas es de 1840, hay antecedentes coloniales sobre este sistema que, bajo su percepción, fue efectivo durante el siglo XIX.
“Si bien fue una comunidad relativamente pequeña, si existió un importante espacio de discusión, creación y conocimiento con un sistema particular de patentes que se estableció en Chile y que fue relativamente estable durante 100 años. 

Curiosamente un país pequeño y lejano, como Chile, tenía un sistema de patentes serio que produjo copas invenciones en comparación con estándares internacionales, sin embargo, era un sistema efectivo”, comentó. 



Fuente: El Mercurio

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