CEP y Cieplan convocaron a exautoridades para debatir el rol del Congreso en la responsabilidad fiscal.
En el marco de la crisis sanitaria y económica que vive el país, el Congreso ha ejercido un rol que en principio está reservado para el Ejecutivo: tramitar iniciativas que involucran gasto público.
Contexto que llevó al Centro de Estudios Públicos (CEP) y la Corporación de Estudios para Latinoamérica (Cieplan) a realizar el seminario “Iniciativa exclusiva económica y responsabilidad fiscal”, en el que participaron el expresidente del Banco Central e investigador del CEP, Rodrigo Vergara; el exdirector de Presupuestos e investigador de Cieplan, José Pablo Arellano; y las abogadas Macarena Lobos -exsubsecretaria de Hacienda- y Constanza Salgado.
En la instancia, por una parte, se defendió la iniciativa exclusiva del gobierno en materia fiscal, pero a suvez se plantearon nuevos mecanismo – de cara al plebiscito del 25 de octubre- para aumentar el rol del Legislativo en la materia y transitar hacia un sistema intermedio.
Vergara afirmó que la principal justificación de esta atribución radica en que el Ejecutivo es quien carga con la responsabilidad de las cuentas fiscales y por ello se le otorgan las herramientas para manejarlas de buena manera.
Por otro lado, argumentó que el gobierno adopta medidas con una visión más general, mientras que el Congreso “tiene una visión más parcial, de circunscipciones, de distritos, más regional” y, por lo tanto, sus iniciativas pueden generar problemas con la responsabilidad fiscal.
Vergara también aseguró que el buen manejo de las cuentas fiscales “hace que los resultados en Chile desde el retorno a la democracia no sean deficitarios sino bastantes satisfactorios”.
En el seminario también se defendió la iniciativa exclusiva desde el punto de vista de la estabilidad fiscal debido a que, según Arellano, siempre hubo equilibrio y esa fortaleza permitió que “el país ha podido enfrentar de mejor manera esta pandemia desde el punto de vista fiscal”.
En contraposición a ambas miradas, Salgado afirmó que el modelo chileno consagra un hiperpresidencialismo en el que, más que defender el orden fiscal, se genera un Parlamento que no tiene poder de contrapeso frente al presidente: “Chile se encuentra dentro de los istemas más extremos, es decir, entre los sistemas que dan menor injerencia al Congreso en la determinación del gasto público”.
El poder Legislativo “desafió”la norma
Pese a que la Constitución no permite que el Congreso pueda presentar iniciativas que contemplen gasto público, Vergara aseguró que en los últimos años y, sobretodo, en el marco de la pandemia, esta norma constitucional ha sido desafiada. “En lo más reciente tenemos dos ejemplo muy claro: uno es el retiro del 10% de las pensiones y también está el aumento de la Pensión Básica Solidaria, que es de iniciativa exclusiva del presidente”, dijo.
“Los parlamentarios han presentado iniciativas que no son admisibles, pero se hacían como una manera de hacer presente un punto político. Muy distinto a presentar una moción a presentar una inciación, es sometera a trámita. Es decir, aceptarla, votarla y que se convierta en ley y eso es lo grave que ha venido pasando en los últimos años”, Señaló Arellano.
Para Vergara, el problema de base de esta situación se debe a que “los parlamentarios perciben que tienen un rol disminuido. Al no tener iniciativa en materia de gasto, tienen un rol disminuido en cuanto la mayor parte de la iniciativas tienen algún componente de gasto”.
Mientras que Salgado lo asocia a la presencia de un “sistema multipartidista y fragmentado como el chileno, más un presidencialismo extremo” y afirma que es necesario volver a pensar estas normas de cara al debate constitucional.
Por su parte, Lobos propuso preservar la iniciativa exclusiva con un sistema intermedio que contemple nuevos mecanismo que generen mejor correlación entre el Parlamento y el Ejecutivo.
“Que los parlamentarios puedan presentar proyectos que sean de iniciativa exclusiva, pueda votarse con un quorum amplio de 3/5 y por esa vía se delegue en el Ejecutivo y tenga un plazo para aprobarlo o rechazarlo. Esta da un camino, descomprime esta relación tensa entre el Ejecutivo y el Parlamento, pero siempre la suerte final queda en el Ejecutivo”, planteo la exsubsecretaria.
Vergara también propuso opciones futuras de sistemas intermedio, como la existencia de la iniciativa parlamentaria con restricción del patrocinio del gobierno, la posibilidad de que el Legislativo presente proyectos con una cantidad de gasto limitada, y que puedan aparejar nuevos ingresos para financiar gastos propuestos. Es decir, si yo propongo un aumento de gastos, junto con eso propongo una reducción en otros para su financiamiento”.