Alejandro Foxley y Ricardo Ffrench-Davis, ambos ligados a Cieplan, conversaron junto al Diario Financiero sobre la conformación del primer consejo del Banco Central.
Desde tribunas opuestas, Alejandro Foxley y Carlos Cáceres se convirtieron en 1989 en los negociadores detrás de la conformación del primer consejo del Banco Central autónomo, que partió en la presidencia con el economista independiente Andrés Bianchi y que tuvo en la dirección de Estudios a Ricardo Ffrench-Davis. Atrás todas las suspicacias del momento, los cuatro economistas defienden hoy la importancia de ratificar la independencia en el marco de una nueva Constitución.
No sólo al gobierno remeció el conflicto social que estalló en el país el 18 de octubre. Una serie de economistas volvieron al primer plano con propuestas para atender las demandas de la ciudadanía. Uno de ellos fue el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la U. de Chile, Ricardo Ffrench-Davis, ahora como parte del foro bautizado para un «Desarrollo justo e inclusivo». Pero su currículum tiene larga y destacada data. En los ’80 fue uno de los referentes del equipo de técnicos de la oposición de la entonces junta militar y luego, una vez iniciada la transición a la democracia, pasó a ser el primer director de Estudios del Banco Central autónomo.
Y, en este contexto el economista destaca que «una inflación baja tiene que ser acompañada de crecimiento alto y empleo alto. No hay un salario mínimo creciente y sostenible sin crecimiento alto, que nos ha fallado durante los últimos 20 años».
Otro de los personajes que salta a la palestra es el primer ministro de Hacienda, Alejandro Foxley, que en distintos capítulos lo convirtieron en un referente de la historia económica del país desde el retorno a la democracia. No sólo fue el coordinador del programa político social de Patricio Aylwin, el primer Presidente elegido democráticamente tras 17 años de dictadura, sino que también su flamante Ministro de Hacienda. Y, en medio de esas andanzas, fue la contraparte decisiva para conformar el debutante consejo del Banco Central autónomo.
A lo que Foxley sostiene en el tiempo que «es necesario mantener la autonomía del Banco Central. Pero tal como lo ha señalado el Presidente del Banco, Mario Marcel, su tarea es también coordinar su accionar con el Ministerio de Hacienda, particularmente cuando la economía sufre un shock principalmente interno de la envergadura del actual».
Por su parte, un hombre clave en las negociaciones para conformar el consejo con que el Banco Central iniciaría su camino de autonomía, Carlos Cáceres, no duda que el tema que será parte del debate es sobre una nueva Constitución. «Dentro de una concepción de limitación al poder del Estado, me parece absolutamente indispensable mantener, en el nuevo orden constitucional, la prohibición que el Banco Central entregue recursos de crédito al Fisco con la excepción establecida en el capítulo XII de la Constitución del año 1980 que establece que «en caso de guerra exterior o peligro de ella, que calificará el Cosena, el Banco Central podrá obtener, otorgar o financiar créditos al Estado y entidades públicas o privadas».
En la misma línea, el primer presidente de entidad monetaria, Andrés Bianchi Larre, destaca que en el medio siglo que precedió a la independencia del banco, la tasa media anual de inflación fue de 43% y hubo que reemplazar en dos oportunidades -1950 y 1975- el signo monetario del país.
En agudo contraste, añade, a partir de 1990 la inflación declinó gradual pero sostenidamente y en los últimos 20 años ha fluctuado en torno al 3% anual.
«Si bien a este vuelco histórico también contribuyó la forma responsable en que se manejó la política fiscal, es evidente que la autonomía del Banco Central marcó un antes y un después en la trayectoria histórica del proceso inflacionario chileno», subraya Bianchi.
Fuente: Diario Financiero