En la revista Pensamiento Iberoamericano, A. Foxley escribe sobre los factores que vitales para iniciar una nueva etapa que permita que América Latina salga de la trampa de las naciones de renta media.
Las economías de América Latina en la actualidad se ven enfrentadas a un freno en su avance a economías avanzadas y democracias estables.
Los buenos resultados de la década anterior habían despertado nuevamente expectativas positivas: estábamos escapando de la trampa de los países de ingreso medio. Como consecuencia, se hacía creíble a América Latina que era posible pensar en una estrategia de desarrollo estable y exitosa a futuro, con un sólido crecimiento económico, con menor desigualdad y mayor protección social para los grupos más vulnerables.
Hasta el año 2013 se veía un buen futuro para los países de América Latina. El auge de la economía mundial permitió que el PIB per cápita de la región creciera, en promedio, 2,4% al año y la inflación promedio anual era 6 puntos menor que en el mismo periodo del año anterior.
El gasto social creció y se disminuyó la pobreza y la desigualdad.
Pero en los últimos años la situación cambió. Si entre 2003 y 2013 América Latina estaba «convergiendo» con el PIB per cápita de países desarrollados, a partir de 2014 todos los países comenzaron a vivir un proceso de retroceso en comparación a los miembros de la OCDE.
El fenómeno que ha afectado a América Latina en los últimos años ha sido frecuente en ésta y otras regiones del mundo cuyas economías alcanzan un ingreso propio de países de desarrollo intermedio: comienzan a caer en lo que se ha llamado “la Trampa de los Países de Ingreso Medio”.
Los factores que llevan a la trampa del ingreso medio pueden agruparse en cuatro:
(i) Desaceleración del crecimiento por incapacidad de lograr mejoras continuas en competitividad y productividad
(ii) Baja calidad de la educación y lenta transferencia de conocimiento e ideas innovadoras (iii) Excesiva desigualdad y desprotección social. (iv) Incapacidad del sistema institucional para proveer estabilidad, transparencia y buena gestión estatal.
Observando los actuales precarios resultados económicos en América Latina, la interrogante que surge es: ¿Por qué las economías latinoamericanas parecen tan proclives a caer en la Trampa de los Países de Ingreso Medio?