La innovación con inclusión social es todavía un deseo que cada vez más se plasma en discursos, políticas y agendas públicas tanto en México como en otros países de nivel intermedio, más como una meta que como una estrategia precisa para llegar hasta ella.
Las afirmaciones sobre la necesidad de articular la innovación e inclusión social deben bajar al análisis y a políticas concretas, ya que están en general separadas no sólo analíticamente sino al interior de las empresas.
De acuerdo a los resultados globales basados en la encuesta a empresas multinacionales, hay más inclusión social que innovación, lo cual llama la atención debido a que la innovación está mucho más asociada con el valor agregado que la inclusión.
Atendiendo a la causa raíz de la limitada implementación de enfoques de innovación e inclusión en las organizaciones es requerido un esfuerzo de mediano y largo plazo para afectar la cultura empresarial mexicana.
Ello implica esfuerzos para la integración de los temas en la curricula de formación a nivel profesional, el estímulo mediante reconocimiento y beneficios de índole económica, administrativa y/o fiscal a empresas que implementen prácticas sustanciales, así como el direccionamiento de subsidios y apoyos para la implementación de modelos y herramientas.