Lea el artículo de Javier Couso, publicado en el libro «Derechos humanos: posibilidades teóricas y desafíos prácticos». Couso fue miembro de CIEPLAN y actualmente es profesor titular de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales.

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El estado de la democracia en América Latina ha cambiado significativamente en la última década. Si bien, por una parte, la mayoría de la población y de los intelectuales y políticos de la región aceptan la noción de que la única forma legítima de acceder al poder es mediante elecciones universales, libres y competitivas, por la otra, se ha perdido el consenso que existía en la década de los noventa respecto de que aun los gobiernos elegidos democráticamente deben reconocer límites constitucionales. 

Así, mientras entonces pocos dudaban que un régimen democrático debía incluir un sistema de separación de poderes, en especial una judicatura que, en efecto, sea independiente del Ejecutivo (la rama del Estado más proclive a vulnerar los derechos fundamentales), en la actualidad hay quienes defienden abiertamente la idea de que es legítimo –y, quizá, necesario– adoptar sistemas democráticos caracterizados por una fuerte concentración del poder en torno al presidente, de manera que este cuente con atribuciones suficientes como para terminar con la exclusión y la desigualdad. 

Donde este discurso ha tenido más acogida ha sido en Venezuela, Ecuador y Bolivia, países que han desahuciado la noción de que la judicatura deba ser independiente de los demás poderes del Estado, ya sea mediante el expediente de una “democratización” de la justicia (que se ha traducido en la elección popular de los más altos magistrados, y que en la práctica reproduce las preferencias de las mayorías que eligieron al Ejecutivo en el interior de la judicatura), o mediante mecanismos informales de cooptación de tribunales superiores y constitucionales por parte del gobierno. 

Este ensayo analiza el que es, quizá, el esfuerzo más elaborado de articulación de un discurso constitucional que pretende justificar teóricamente este giro hacia democracias “iliberales” en América Latina. Me refiero al trabajo de dos autores españoles que han estado muy comprometidos con los procesos radical-democráticos de la región: Roberto Viciano y Rubén Martínez Dalmau. 

Como veremos a continuación, en su conceptualización de lo que denominan “el nuevo constitucionalismo” (que distinguen claramente del “neoconstitucionalismo” promovido en la región por Miguel Carbonell y otros), estos autores se focalizan especialmente en lo que llaman “la necesidad constituyente”, noción que, como veremos, tiene importantes consecuencias para las relaciones entre la democracia y el constitucionalismo, así como para el vínculo entre soberanía nacional y justicia internacional de los derechos humanos.

Este artículo fue publicado como capítulo del libro Derechos humanos: posibilidades teóricas y desafíos prácticos (Libraría y SELA, Buenos Aires, 2014), páginas 195-208.

Javier Couso es Profesor Titular y Director del Programa de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales (Chile).

Fuente: CIEPLAN


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