Las clases medias han sido protagonistas de la dinámica social en un buen número de países emergentes que han visto crecer sus economías y los ingresos de sus habitantes en años recientes. El auge de las clases medias ha generado expectación mundial por las positivas consecuencias que pueda tener para el desarrollo de esos países y la economía internacional. América Latina no ha sido la excepción en esta tendencia.

Los bienes públicos y servicios sociales provistos por los gobiernos son un componente clave del bienestar de las poblaciones y de los grupos medios en particular. Sin embargo, es muy probable que las actuales formas de organización de la provisión pública no sean capaces de dar cuenta de las demandas que formulan -o formularán en el futuro- sectores de clases medias que son cada vez numerosos, más exigentes en el consumo y con mayor poder de movilización social y política. La oferta de servicios sociales está afecta a problemas asociados a esquemas de provisión pública como insuficiente calidad, reacios al cambio e innovación, poco permeables a la demanda, etc.


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