Por Manuel Marfán Director Programa Clapes-U. de Talca
La Tercera
El 23 de marzo, en el diario español El País, se publicó una columna de Byung-Chul Han, el renombrado filósofo surcoreano. Allí explica por qué China ha tenido más éxito que los países de Europa occidental en la contención del Covid-19. En síntesis, porque las epidemias las combaten no solo los virólogos y epidemiólogos, sino que sobre todo los informáticos y los especialistas en macrodatos. Y cito: «En China no hay ningún momento de la vida cotidiana que no esté sometido a observación. Se controla cada clic, cada compra, cada contacto, cada actividad en las redes sociales. A quien cruza con el semáforo en rojo, a quien tiene trato con críticos del régimen o a quien pone comentarios críticos en las redes sociales le quitan puntos (del sistema de crédito social)… Por el contrario, a quien compra por Internet alimentos sanos o lee periódicos afines al régimen le dan puntos En China es posible esta vigilancia social porque se produce un irrestricto intercambio de datos entre los proveedores de Internet y de telefonía móvil y las autoridades». También, hay más de 200 millones de cámaras de vigilancia, muchas de las cuales cuentan con sistemas de reconocimiento facial y lector de temperatura corporal. Resulta casi imposible escapar de esa vigilancia.
En síntesis, porque las epidemias las combaten no solo los virólogos y epidemiólogos, sino que sobre todo los informáticos y los especialistas en macrodatos.
Sin llegar a esos extremos, también en Taiwán e incluso Japón no existe protección de los datos privados, ni el Estado tiene pudor de recolectar masivamente información de sus ciudadanos. En ese contexto, no es raro que hayan controlado mejor la pandemia.
Es que el mundo está cambiando a pasos agigantados. Por ejemplo, las 10 corporaciones más grandes del mundo -medidas por su valor de mercado- han más que quintuplicado ese valor desde la crisis subprime. No hay empresas europeas ni japonesas en ese top-10; solo hay chinas y de EE.UU. Y ocho de esas 10 empresas corresponden a plataformas digitales. Pero mientras el mundo occidental se preocupa de proteger la privacidad, en la Asia heredera de la tradición de Confucio no existe la «esfera privada».
Hasta ahora la arremetida de China ha sido notable. Mientras EE.UU. se ha restado de todas las iniciativas multilaterales recientes, China ha ido ganando espacios. Y ahora, con el coronavirus, China sigue anotando puntos.
¿Y qué opino al respecto?
Que se trata de una carrera larga que recién comienza, cuyo resultado desconocemos. Pero tarde o temprano existirá un choque entre dos sistemas. Por un lado, el de una sociedad sujeta a una vigilancia asfixiante y, por otro, el de una sociedad individualista con poco sentido de los bienes colectivos. En lo personal, cuando me toque votar o decidir, optaré por las opciones menos autoritarias y, a la vez, más solidarias e inclusivas. Al final de cuentas, creo firmemente que la libertad tiene más potencial de crecer y regenerarse a sí misma. Pero, a nivel de la sociedad en su conjunto, esa libertad no puede ser el privilegio de unos pocos.
Fuente: Opinión La Tercera – Viernes 24 de Abril 2020